¡Adiós macho ibérico!

 

Un estudio revela que las mujeres prefieren hombres con algunos rasgos femeninos en lugar de aquellos que muestran un aspecto muy masculino. La razón es que no son vistos como buenos candidatos para una relación permanente. Y es que las mujeres han dejado de creer en el mito de la masculinidad asociado al buen estado físico e inmunidad a las enfermedades. Pero no hace falta ningún estudio para darnos cuenta de que algo empezó a cambiar ya hace tiempo, cuando las mujeres comenzamos a ir desterrando comportamientos machistas de nuestras vidas gracias a nuestra independencia social, económica y sexual.

Poco a poco, los machos ibéricos que utilizan la fuerza o el poder para seducir se van extinguiendo porque eso ya no nos resulta atractivo. Las mujeres ya no deseamos ser poseídas por un hombre que nos proteja, hemos aprendido a protegernos solitas y además muy bien, por lo que ahora anhelamos una pareja que comparta nuestras inquietudes a través de una relación basada en el amor, el respeto y la sensibilidad.

Ni que decir tiene que alguno queda por ahí desperdigado, muchas veces fingiendo ser quien no es –va de duro- porque “así son los hombres de verdad”, sin ñoñerías ni sensiblerías. Como decía El Fary “el hombre blandengue” que él tanto detestaba, porque la mujer se aprovechaba de él, llevando las bolsas de la compra o el carrito del bebé (podéis verlo en youtube) y quizás le funcione todavía esa forma de seducir, pero estoy segura que sólo con determinado tipo de mujeres sumisas que también están estancadas en otros tiempos.

Evidentemente el macho tiene que actualizarse, y aceptar que muchas veces tiene que asumir el papel de conquistado en vez de conquistador y aprender a desarrollar su sensibilidad sin miedo a perder la masculinidad, relacionándose con las mujeres desde la autenticidad y la seguridad personal. Muchas veces en consulta me preguntan “¿Qué hago para seducir a las mujeres?” y es algo realmente difícil de responder –tampoco tengo todas las respuestas, sino sería Dios en vez de psicóloga- y con el tiempo, la experiencia y mi trabajo como asesores, sólo puedo responder: “Sé tú mismo”.