Muchas veces puede ser muy complicado para uno o ambos miembros de una pareja comprender y aceptar que el amor y la pasión se han terminado. En la consulta suele aparecer esta pregunta en este tipo de caso casos: ¿El amor se acaba porque sí? Porque sí no, aunque no haya sucedido nada grave ó directo, siempre hay factores que hacenque el amor y la pasión vayan menguando sin darnos cuenta (o sí), como:
– La rutina diaria sin detalles que la modifiquen. «Todos los días lo mismo»
– Dejar de cuidarse mutuamente
– Creer que el amor se lleva dentro y no hacer nada para alimentarlo
– No tener proyectos para y por la pareja
– Debilitamiento de la atracción, escaso interés sexual debido al simple paso del tiempo
– Agotamiento frente a los problemas, que acaban engullendo a la pareja
Suele ocurrir que la relación muere pero la pareja se empeña en arrastrar el cadáver, simplemente porque se confunde amor con dependencia o la fuerza del hábito con la emoción amorosa, lo cual lleva a un tipo de relación amor-odio muy destructiva para los dos.
No podemos olvidarnos del miedo. Es bastante común encontrar a personas que por temor a nuevas situaciones prefieren mantener relaciones que son dañinas, destructivas o, por lo menos nada prometedoras. Se agarran a un clavo ardiendo a ellas. Se olvidan de que por muy triste que parezca cerrar una puerta, ello les ofrecerá la oportunidad de abrir otra nueva. Con la ruptura surge la posibilidad de que, en un tiempo, otra relación pueda surgir, y, quizás, ofrecer mayores garantías de satisfacción y concordia. También hay quienes rehúsan terminar una relación de pareja por miedo al «qué dirán». Dan más importancia a la crítica social que a su estado de insatisfacción e infelicidad.
En muchas ocasiones hemos sido testigos de lo que puede parecer una ruptura bastante traumática. Alguno o ambos miembros de la pareja sienten que no podrán vivir sin el otro, que el futuro no tiene alicientes ya para ellos. Lo curioso es que, a veces, al poco tiempo ya cuentan con una nueva pareja y pareciera que llevan con ésta toda la vida. Por experiencia, sabemos que hay personas para quienes parece más importante aferrarse más a la idea de contar con una relación de pareja que a una persona en concreto. Es decir, lo que desean es tener una pareja y les importa menos quién es ésta.
Es verdad que hay que ser valiente para dar el paso de la ruptura cuando ya no somos felices, tampoco hay que decir «basta» a la primera dificultad. Seamos honestos con nosotros mismos y desde un egoísmo sano encontremos el punto medio para tomar el camino que mejor nos siente.