Según los resultados de una investigación británica encargada por Theyfit “las ondas magnéticas y los pesticidas reducen el tamaño del pene”. Y dicen que se ha reducido en unos centímetros. En fin, estas cosas que cogerlas con pinzas y siempre ver quién hay detrás de este tipo de estudios. El caso es que me ha venido a la cabeza de nuevo –ya que es cíclico- el preguntarme por qué se le da tanta importancia a este hecho todavía, y me refiero a que haya que asustarse porque se están perdiendo centímetros de pene y muchos hombres tengan que alejarse como alma que lleva el diablo de estas fuentes de mutilación natural.
Quiero decir que de sobra ya es sabido y resabido que a las mujeres nos da igual un par de centímetros más o menos para nuestro placer, que tamaño del pene y satisfacción no es más que uno de los muchos mitos que acompañan a la sexualidad, sin embargo, ahí está, preocupando y haciendo inseguros a tantos hombres.
Es curioso como para algunos, llega a ser tan importante que se olvidan de otras cosas, como pensar si físicamente seducen a sus parejas, si se cuidan para estar saludables, si se curran el cortejo igual que nosotras nos preparamos para ellos –depilación, cremas, peluquería, manicura, etc..- Cuando es mucho más atractivo para nosotras un hombre con el que sentirnos deseadas y queridas, en lugar de si la tiene más o menos larga. Es más, puestos a elegir, parece ser que las mujeres preferirían un pene ancho ante un pene largo puesto que es mucho satisfactorio para ellas una buena erección que una buena longitud.
De todas formas todo tiene su “porqué”, está claro. Es curioso también entender que las dimensiones del pene contribuyen a seducir a las mujeres. He ahí el principio de esta cuestión desde tiempos remotos. Los biólogos creen que antes de que el Homo Sapiens usara ropa, las mujeres utilizábamos el tamaño del pene como un factor a la hora de elegir al mejor compañero para reproducirnos.
Eran otros tiempos.. Ahora habría que diferenciar entre lo que a una mujer “le pone” de otra cosa muy distinta que es la funcionalidad. Me explico, un pene muy grande puede volver loca a una señora pero eso no significa que le vaya a dar hijos ni más sanos ni más grandes, tampoco que le produzca mayor placer físico. Eso sí, subjetivamente puede ponerse a mil –como a muchos hombres los pechos grandes-. Y en cualquier caso será algo personal de la señora, porque otra diferente ante el mismo miembro puede que se asustara pensando en el dolor que le produciría.
Hay que tener en cuenta que también hay hombres que no tienen muy claro la medida “normal” de un pene en erección y se comparan con los de las pelis porno. Mal vamos. Compararse con el exceso es igual de malo que compararse con el defecto, los extremos nos son buenos y así es normal que se generen inseguridades. A lo que sumo el empeño que tiene nuestra cultura de alargar el pene a toda costa, haciéndonos creer que el tamaño importa para ganar dinero, no por otra cosa. Cuando preguntamos a las parejas de las personas que sufren este complejo, están muy satisfechas pero no soportan los efectos de tanta inseguridad, cuanto menos es para reflexionar.