En el universo de la sexualidad existen numerosos recursos a nuestro alcance para explorar el erotismo. Este erotismo es algo exclusivamente humano que nos permite entrar en contacto con nuestras fantasías, nuestra sensualidad y por supuesto establecer una complicidad única con nuestra pareja y ¡cómo no! con nosotros mismos. Cuando estamos dispuestos a jugar, a investigar nuevas formas de llamar al deseo significa que somos personas abiertas al desarrollo personal y que nos preocupamos por seguir sintiéndonos vivos, ya que a través del erotismo o auto-erotismo potenciamos cada uno de nuestros sentidos y ponemos en contacto el cuerpo y la mente, para imaginar y transformar la relación sexual en un arte.
Vamos a ponerle un poco de azúcar al pastel. ¿Por qué no entrar en calor viendo juntos una película erótica? –ojo, nada de sexo explícito-. De lo que se trata es de provocar, seducir de una forma sutil, encender una chispa que nos lleve a ponernos juguetones. El objetivo no es excitarse tanto como crear ambiente, ayudar a despertar la imaginación con escenas que nos parezcan seductoras para sintonizar con la frecuencia erótica. Al mismo tiempo que jugamos juntos estamos cambiando de camino para llegar a la relación sexual disfrutando del paisaje, lo cual no quiere decir que siempre tengamos que llegar al destino, simplemente podemos quedarnos en el trayecto y deleitarnos con lo que nos vayamos encontrando. Cojamos una novela erótica y leamos cada uno un capítulo o párrafo que nos parezca tentador, tenemos que hacerlo con una voz suave y sugerente, en un ambiente tranquilo que invite a la calma –hay que buscar el momento, sin relojes-. A partir de ahí puede pasar lo que queramos, podemos encontrarnos físicamente o podemos quedarnos relajadamente charlando acerca de las impresiones de cada uno respecto a la lectura elegida: si nos ha gustado, si nos ha excitado o provocado alguna emoción erótica, etc. Lo mismo puede ocurrir con las películas, podemos comentar las escenas e incluso plantear como juego el llevarlas a cabo nosotros mismos en algún momento, planear cómo lo haríamos –al más puro estilo “Pasión turca” por ejemplo- o qué cambiaríamos. Lo único que tendremos que tener en cuenta es que es positivo para la relación plantearlo como una forma más de llamar al deseo, no la única y por ello no “necesitarlo” siempre para excitarnos. Teniendo esto claro podemos disfrutar mucho haciendo este buen uso del erotismo al mismo tiempo que estamos enriqueciendo nuestras relaciones sexuales.